En toda relación es posible que pueda surgir un conflicto por diversos motivos. Cualquiera puede pelear, pero no cualquiera es capaz de mantener la calma y ser asertivo a la hora de resolver un problema, en especial cuando nos aferramos a nuestra propia verdad y no estamos dispuestos a admitir error o debilidad alguna.
Algunos factores que impulsan las discusiones son la crítica, el reproche y el desencuentro. A menudo, no somos capaces de detectar el problema real y por ende nunca resolvemos la raíz del conflicto. A continuación, te presento algunos puntos que podrían ayudarte a enfrentar discusiones de una mejor manera:
- Programar tiempos para la discusión: Es importante resolver los conflictos con la mente clara y no guiados por sentimientos como el enojo o la ira.
- Tómate tu tiempo: Si te sientes bloqueado, es importante que tomes el tiempo necesario para que analices la situación y tengas claro lo que quieres expresar.
- Propuestas en lugar de críticas: La crítica negativa y poco asertiva solo puede agravar el problema. Hacer propuestas es la mejor de avanzar.
- Solicitudes en lugar de reproches: Enfócate en lo útil y en lo positivo, reprochar podría generar que la otra persona se ponga a la defensiva y deje de escuchar lo que tienes para decir.
- Escuchar sin interrumpir: Es necesario que expreses de una forma correcta tu punto de vista y tu posición ante el conflicto, pero es igual de necesario que escuches y comprendas lo que la otra parte tiene para decir.
- Pregunta para entender: No te quedes con la duda. Si algo no te ha quedado claro hazlo saber.
- Aprende a ceder: No siempre estaremos en lo correcto. Si es el caso, admite tu error y enfócate en resolverlo.

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